La innovación, la tecnología y la investigación son la clave para la creación de una ciudad inteligente y sostenible. En el futuro, las poblaciones y los ciudadanos estarán más conectados y todo se regirá por planes creados según las necesidades de los habitantes. Estas necesidades estarán basadas en Big Data. ¿Qué herramientas son necesarias para lograr el cambio?
Herramientas y ventajas de las ciudades inteligentes y sostenibles
Las herramientas tecnológicas son la clave para el buen funcionamiento de una ciudad inteligente:
- Aplicaciones móviles: las aplicaciones móviles son de gran utilidad en una ciudad inteligente. Las apps pueden avisar de los niveles de polen en el ambiente o de los niveles de contaminación.
- Paneles informativos: ya son muchas ciudades las que han implantado paneles informativos a tiempo real. En estos indicadores pueden aparecer los datos meteorológicos y el tiempo que tarda en pasar el transporte público.
- Wifi: el wifi gratuito conecta a los ciudadanos a la red y posibilita otras gestiones como el control de los semáforos o la monitorización de la flota de transporte.
- Sensores de movilidad: los sensores de movilidad pueden determinar las zonas de la ciudad donde hay congestión de tráfico y las zonas donde hay una mayor descongestión. De esta forma, se están proporcionando datos útiles para el ciudadano.
- Energías renovables: la energía solar, eólica y geotérmica son el futuro para conseguir una city sostenible. Este tipo de fuentes renovables no producen gases contaminantes a la atmósfera, por lo que se consigue un aire más limpio, que colabora con la salud colectiva.
- Inteligencia artificial: este tipo de inteligencia puede medir la densidad de basura que produce un barrio, intensificando así la recogida en determinada zona de la ciudad.
Las ventajas de una ciudad inteligente y sostenibles son, sin duda, la creación de servicios enfocados a las necesidades de las personas, la reducción del gasto económico y la creación de entornos más seguros. Estas ventajas se verán reflejadas en la educación, la política, el empleo y el ámbito social.
El futuro de las smart cities
El futuro de las smart cities se centra, sobre todo, en los dispositivos IoT (Internet de las cosas). Con la implantación tecnológica se podría lograr una mejora en la calidad de vida de los habitantes. Las herramientas mencionadas anteriormente harán que haya una mayor seguridad ciudadana, se apueste por la sostenibilidad y haya más interconexión y recogida de datos inteligentes.
Se reducirían las emisiones de gases nocivos a la altmósfera hasta en un 10%, los desperdicios no reciclados disminuirán hasta en un 35% e incluso la delincuencia, llegando a la cifra de disminución del 40%. Las ciudades inteligentes y sostenibles serán más seguras y más concienciadas con el entorno.
El tiempo jugará un gran papel en las smart cities del futuro. Por ejemplo, los usuarios del transporte público sabrán el tiempo de espera, las zonas de colapso del tráfico y el tiempo medio de llegada a su destino. Este tipo de tecnologías ya se aplican en algunas ciudades del mundo como San Francisco, Londres o Singapur.
Se abrirán puertas a nuevas ideas de negocio, como Gobierno digitalizado o educación online, que pueden derivar en creación de nuevos puestos de trabajo. Dentro de este ámbito debería haber informáticos, programadores y departamentos de soluciones IT. Servicios que no se habían implementado con anterioridad en la política o en los estudios.
A la larga, las tecnologías aplicadas en las ciudades inteligentes y sostenibles tendrán un menor coste, por lo que más municipios y poblaciones podrán beneficiarse del cambio que supone una smart city. En España, ciudades con Málaga, A Coruña o Bilbao ya se están sumando al cambio.