ELON EMI ha sido diseñado para supervisar la concentración de CO2 en espacios cerrados como escuelas, oficinas, comercios, farmacias o incluso viviendas. Pero ¿por qué CO2?. Porque probablemente se trata del factor mas importante a tener en cuenta a la hora de prevenirnos de la propagación del COVID 19.
Este y otros virus se transmiten por el aire mediante aerosoles y pueden permanecer flotando durante horas en espacios cerrados. Por eso es importante ventilar.
Pero… ¿cuanto rato dejo la puerta o la ventana abierta? ¿O cada cuanto tiempo ejecuto ésta práctica?
Como decimos arriba, depende fundamentalmente de la concentración de CO2, y esta suele estar habitualmente ligada al número de personas que se encuentran en un espacio determinado y el tamaño de éste.
ELON EMI mide e indica cuando hay que ventilar.
Cuando el sensor de tipo NDIR que incorpora el dispositivo ELON EMI, detecta que hay demasiado CO2 en el ambiente, asume que el espacio puede estar siendo propicio para la propagación de virus (COVID19 y otros) y por tanto, es el momento de ventilar.
El aire exterior tiene una concentración de 400ppm de CO2.
Si la concentración de CO2 en interiores es de 800ppm, quiere decir que al menos el 1% del aire que estamos respirando, ya lo ha respirando alguien previamente.
Si la concentración es de 4400ppm (algo que es muchísimo), quiere decir que al menos el 10% del aire que estamos respirando ya ha sido respirado por otra persona. Y es precisamente este el mayor peligro.
Está demostrado, que los virus como el COVID se propagan mediante aerosoles, que es lo que expulsamos desde el momento en el que abrimos la boca, o simplemente respiramos (en mayor o menor medida claro). Pero, ¿qué son aerosoles? Los aerosoles son un conjunto de partículas sólidas o líquidas suspendidas en un gas.
En esta imagen se entiende mejor:
¿Quieres verlo en un ejemplo?
Se trata de un caso perfectamente documentado. En él, una sola persona portadora del virus, contagió a 52 de los 61 integrantes del coro. En algunos casos, algunos de los contagiados no habían estado ni siquiera a menos de 13 metros de distancia. Algo que demuestra que la medida adecuada no es estrictamente la distancia social, sino la batalla de la ventilación y los aerosoles.
Como no todas las actividades comerciales, profesionales, académicas o de ocio, son susceptibles de realizarse en la calle, mas pronto que tarde los espacios compartidos, o abiertos al público (incluido el transporte público) deberían contar con medidores de CO2, así como cierta visualización en el propio dispositivo o en pantallas en formato semaforo (verde, amarillo y rojo) para orientar a los ciudadanos en la correcta ventilación y por tanto salubridad del espacio en cuestión.
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